Tras un tiempo sin publicar nada hoy os traemos un poquito de nuestra historia cedido por nuestro amigo Jose Antonio Molina Real:
La
Vicaría es una enorme extensión de terreno, originariamente de
cerca de 500 hectáreas, que ocupa un destacado espacio dentro de
nuestro término municipal. Sus orígenes se remontan a la época
medieval en la que fue cedida a la Orden de Santiago, como lo fueron
la mayoría de las tierras de la Sierra de Segura tras la reconquista
cristiana efectuada por el rey castellano Alfonso VIII en 1214,
quedando establecida el centro de la Encomienda de Santiago en Segura
de la Sierra.
Perteneció
al Vicariato de Segura de la Sierra -de ahí su nombre- hasta la
desamortización llevada a cabo por el ministro Madoz en 1855 con el
fin de recaudar fondos para sanear las arcas públicas para financiar
la modernización del Estado Español y al tiempo redistribuir la
propiedad de la tierra que pasaría de manos eclesiásticas y/o
municipales a las de familias burguesas y adineradas.
La
Vicaría pasó a ser propiedad de D. Francisco de Paula Ruíz Ruíz,
nacido en Benatae en 1812 y que en ese momento residía en Siles.
Este personaje, que además de ser religioso y ejercer su ministerio
en la parroquia de Siles, por lo cual fue conocido con el sobrenombre
de “El Cura de Siles”, se dedicó también a los negocios
familiares y llevado por su influencia en la comarca de Sierra de
Segura, también a la política, llegando a ser diputado provincial
por el partido judicial de Segura de la Sierra en los años 1852,
1858 y 1862, años de marcado carácter progresista en los gobiernos
nacionales, llegando incluso hasta Senador durante el Sexenio
Revolucionario en España, periodo que va desde 1868 hasta 1874,
concretamente en 1872 cuando en España reinó Amadeo I de Saboya.
Tras
la compra de la propiedad, inscribió a su nombre La Vicaría, pero
con una hipoteca a favor de D. Antonio Vinent y Vives, que le había
proporcionado el dinero para afrontar la compra, llegando a hacerse
con la propiedad de La Vicaría cuatro años más tarde. Este
personaje nacido en Mahón en 1809 y establecido en Cádiz en 1844
donde llegó a ser concejal, presidente del Puerto de Cádiz y
personaje distinguido vinculado al comercio y las finanzas, era ya su
propietario en el año 1859, y aunque un año más tarde se trasladó
a vivir a Madrid continúo su vinculación con estas tierras. En la
capital prosiguió sus negocios, fundando el Banco de Castilla en
Madrid y el Banco Hispano Colonial en Barcelona, llegando a ser
Comisionado del Ministerio de Marina en Londres y comenzando, así,
una dedicación política que le llevó a ser diputado provincial por
el partido judicial de Segura de la Sierra para después ser nombrado
senador vitalicio en 1864 con la llegada al gobierno del liberal
moderado General Narváez, gozando de enorme prestigio en la Corte
por lo que adquirió por concesión de Isabel II el título de
Marqués de Vinent el 15 de Junio de 1868.
Tanto
D. Francisco de Paula Ruiz Ruiz como D. Antonio Vinent y Vives eran
hombres del General Prim, líder militar y político de aquella
época, situándose al frente del Partido Progresista y que tenía
intereses en nuestras tierras en lo concerniente a la explotación
forestal, incluso hace una intervención el 29 de Enero de 1863 en el
Senado, según consta en el diario de sesiones, manifestando que
había realizado una importante inversión en los Montes de la Sierra
de Segura, dando trabajo a más de 300 hombres en la tala de pinos
que serían después transportados río abajo, a pesar de las
dificultades que esa labor presentaba y de los impedimentos
administrativos encontrados, por lo que, según quedó constatado, el
negocio no le fue excesivamente rentable. Hay que tener en cuenta que
la mayor parte de la enorme extensión de La Vicaría estaba
destinada a explotación forestal.
El
Marqués de Vinent fue dueño de La Vicaría hasta su muerte en 1887,
pasando a manos por concesión hereditaria a su hija Valentina
Vinent, que estaba casada con un hijo del Duque de Rivas, y por lo
tanto con el título de Marquesa de Villalobar, quien no mostró
ningún interés por el mantenimiento de la finca procediendo a su
venta un año después por algo menos de cincuenta mil pesetas. El
nuevo propietario también era un adinerado burgués, D. Genaro de la
Parra Aguilar, vecino de Orcera, y aunque, como sus anteriores
propietarios, tuvo dedicación política al ser nombrado Senador
Vitalicio durante el periodo de la Restauración Monárquica que
otorgó el trono a D. Alfonso XII, llegando a ese cargo de la mano
del entonces presidente del gobierno D. Antonio Cánovas del
Castillo; era más hombre de negocios que político, viendo en La
Vicaría una finca de altas posibilidades en cuanto a la explotación
agraria, y aunque las obras de la carretera en 1889 dividieron la
finca en dos, realizó en la última década del S. XIX una extensa
roturación de terreno improductivo, realizando la plantación de
casi 20000 olivas y construyendo en La Vicaría de Abajo, allá por
1910, una fábrica de aceites para su posterior comercialización,
así como una importante explotación ganadera.
Este
emblemático paraje de nuestro municipio, pertenece ahora, aunque no
en su completa extensión, al ayuntamiento de Puente de Génave, que
la ha recuperado y rehabilitado, tras haber pasado más de seis
siglos en manos de la Orden de Santiago, para pasar después de la
desamortización de mediados del S. XIX a manos de terratenientes,
burgueses y políticos de la época que poco a poco le fueron dando
la fisonomía que ha mantenido en la época más reciente.